Conociendo al deportista: Germán Cassani

¿Por qué decidiste entrar al mundo del ciclismo y cómo fueron tus inicios como ciclista?
No fue una decisión de la que haya sido consciente, o al menos no lo recuerdo así. Tenía 11 años y en aquella época el ciclismo era muy popular, ya en nuestro país había grandes exponentes y en Cañuelas ya rodaban algunas glorias. Luego de varios años dejé, ya que el servicio militar me llevó para otro lado; aunque corría para el Regimiento de Azul, pero no era lo mismo, y al salir, fue difícil continuar. Después de muchos años, mi novia me insistió en que retomara y en el 2000 volví y comencé con una carrera en el Barrio Sarmiento. Mis verdaderos inicios, fueron una bici y una carrera de circuito callejero, allá por el 81. La salida y la meta era en la Plaza Belgrano, en donde éramos muchos y también era la primera vez que me subía a una bicicleta.
¿Qué significa el ciclismo para vos?
En palabras de mi Ex, es mi adicción. Lo que me moviliza, después de mi hijo.
¿Que fue lo mas importante que conseguiste a lo largo de tu carrera?
En cuarenta años pueden ser muchas cosas. Uno corre para ver si puede poner en resultados sus esfuerzos, así que debería decirte que lo más importante fueron las medallas. De ellas, quizás la más importante sea la de plata a nivel olímpico – máster. Pero para mi es igual que la primera de Campeón Nacional. Ahora, como experiencia, creo que fue de chico, en la primera etapa. Una carrera grande en Lugano en la que le gané al Campeón Mundial de aquel año, o haber participado de los 6 días en bicicleta, que era un evento único en la Argentina y se corría en el Luna Park.
¿Alguna vez te fue mal en un momento de tu carrera? ¿Que pasó?
Momentos malos, en un deporte, siempre hay… En Paraná, por ejemplo, me tuvieron que bajar de la bici por hipoglucemia… O la pérdida de equipaje con la bici adentro al llegar a México para el Panamericano, aunque corrí con material prestado y el resultado fue medalla…
¿Decidiste dejar de correr?
Nunca decidí dejar. A veces debo ponerme en stand by, como a mediados del año pasado por problemas de vesícula que terminaron en cirugía. De eso me cuesta recuperarme todavía, porque por la dieta prolongada se pierde masa muscular y potencia. Lo que sí hice fue dejar de tomarme las carreras de fin de semana como objetivo, ahora son necesarias como parte de un entrenamiento a largo plazo.
¿Si no hubieses hecho ciclismo, que deporte te habría gustado hacer?
Motocross, no se cae lejos del árbol.
¿Qué aprendizaje te dejó el ciclismo?
"Leer" las carreras antes que inicien, quizás. Pero ¿aprendizaje para la vida?, cuando la vida me baje de la bici, te cuento.
¿Cómo ves el nivel del ciclismo hoy, tanto a nivel local, como nacional?
Cañuelas es un caso extraordinario, siempre tiene materia prima del mejor nivel, chicos con potencial y lo más importante, ganas! El problema es a nivel nacional, en el que hay estrellas dentro de los deportistas, pero, sin una dirección en la Federación que funcione para los ciclistas, a nuestros chicos, se les va a hacer siempre difícil, y de todo el semillero que hay en nuestro país, sobre todo en nuestra ciudad, muy pocos van a poder destacar. No los dejan.
Contá alguna anécdota que tengas dentro de tu carrera.
Ufff… Lo bueno de ser máster es que tenés varias en el tintero. La que siempre llega primero es la del primer mundial de Pista. Fue en 2006, en Manchester. Al finalizar el campeonato, se corría una carrera de campeones. Los argentinos no habíamos metido oro, pero como sucede en todo, nos damos maña y le ponemos el hombro a lo que sea. Y, en eso, somos muy combativos, por eso la organización decidió invitarnos a mí y a Sergio Gili, a participar de la competencia que, por otro lado, en Europa es muy esperada. Corrimos contra estrellas como Kenny Williams, así que el público estaba encendidísimo y de a poco los argentinos empezamos a ganar terreno y a mostrar los dientes y fue así que el público nos empezó a apoyar, cada vez más hasta que pudimos sentir los “Allez! Allez!” (nosotros, acá, gritamos alé) desde las bicis. Ganamos… No lo podíamos creer. El estadio estaba a reventar y no paraban de aplaudir… En cuanto pasamos la meta, un inglés de la organización, corrió hasta nuestro box por el centro de pista, arrancó nuestra bandera argentina, atada a la reja que delimitaba nuestro box, se apuró para llegar a la recta opuesta y nos arrojó la bandera a las manos. Nos hacía señas para que la levantáramos, para que diéramos la vuelta con nuestra bandera en alto. Por el altavoz del estadio decían que era la primera vez que una bandera argentina se levantaba en suelo británico… y nos aplaudían a rabiar!
¿Qué mensaje dejarías para aquellos que están arrancando en el mundo del ciclismo?
Que nunca dejen que les digan que no van a llegar a las metas que se propongan. A mí me lo dijeron muchas veces…
¿Tenés algún referente en lo deportivo?
Cualquiera que haya logrado podio en el Tour de Francia, es para respetar. Sobre todo Lance Armstrong, quien desacreditado volvió y demostró que sin apoyo y con el equipo que no era el mejor, también ganaba. Wiggins, Froome… Tuve la suerte de verlos a muchos y es un placer ver la técnica y el profesionalismo.
Contanos un poco como fue el tema del mundial... ¿Cómo fue que ingresaste? ¿Recibiste apoyo de la gente? ¿Qué se sintió representar al pais estando tan lejos?
A un mundial vas cuando ya estás “medido” en instancias anteriores, como un Panamericano o un Nacional. Desde 2002 corro prácticamente en todas las instancias, desde el Nacional en el KDT, en el que, Chupete relató el evento. ¡Un regalo de la vida! En Argentina, el ciclista que quiere hacer las cosas bien, está muy abandonado… Así que, en muchos aspectos, es muy individual el proceso para llegar. ¿Si recibí apoyo? Todo lo bueno que conseguí sólo fue posible por la gente de mi ciudad. SIEMPRE. En ese sentido tengo mil anécdotas… gente que no conocía y se acercaba para regalarme los pomelos de su patio, porque quería contribuir con lo que tenía… Si eso no te empuja, no hay nada que lo haga! Y por supuesto, mi familia. Siempre mi familia. Representar al país… Cuando “salís”, no tenés nombre y apellido, sos argentino, te reconocen por los colores. Después de un tiempo empezás a generar vínculos con los de otras selecciones, como con los colombianos, por ejemplo, o algunos norteamericanos, que te nombran, pero en general, es así. Y, eso, te llena el alma. Te pone en perspectiva todo, hasta cuando escuchás el himno a las 00 hs por la tele.
¿Quedó algo pendiente en tu carrera?
Cuando me baje porque ya no pueda competir, te diré. Hasta entonces, sigo teniendo metas y siempre tengo la expectativa de cumplirlas. Es como en la vida, si no tenés algo por qué levantarte al día siguiente, pierde un poco el sentido.